Si llevas tiempo ahorrando y con intención de invertir pero aún no has dado el paso, puede que la gestión pasiva sea lo que estabas buscando. Hay muchas personas como tú, que quieren rentabilizar sus ahorros pero que por falta de tiempo o de conocimientos necesarios, todavía no han hecho su primera inversión.
Posiblemente, por eso mismo, podemos apreciar que cada vez está más en auge estrategias de inversión pasiva, especialmente interesante para el pequeño inversor que simplemente busca que su dinero vaya creciendo de forma gradual sin dedicarle excesivo tiempo.
Veamos más sobre la gestión pasiva para principiantes.
¿Qué es la gestión pasiva?
La gestión pasiva trata de replicar la evolución del mercado, en concreto, de un determinado índice. Podemos decir que en vez de invertir en acciones, se invierte en índices.
En este tipo de estrategia se supone que el mercado es eficiente en el medio plazo y por lo tanto, seguirlo dará resultados positivos. No los mejores posiblemente, pero sí suficientes como para que compense el tiempo y esfuerzo dedicado.
Esto no quiere decir que se elimine el riesgo que implica invertir, pero sí que se reduce.
La estrategia contraria a esta, consiste en pensar que sí que se puede batir al mercado haciendo tu propia selección de empresas con potencial, por medio del estudio de cada una. Evidentemente, esta estrategia tiene más probabilidades de conseguir rentabilidades más altas, pero también requiere de muchísimos más esfuerzos.
¿Qué ventajas tiene?
La principal ventaja de este tipo de gestión es el ahorro de comisiones. Esto es debido a que al no existir un equipo gestor, su gestión como tal es mucho más reducida.
Otro de los grandes puntos fuertes es el ahorro en tiempos y esfuerzos. Al replicar índices, de alguna forma, puedes estar tranquilo y simplemente limitarte a hacer aportaciones a la inversión. Este tipo de estrategia no requiere de un análisis continuo ni grandes cambios en largo plazo.
Además, cuenta con una gran diversificación casi asegurada. Al invertir en un índice, repartes tu capital en las distintas empresas de ese país, aunque sí que es importante notar que perderías la diversificación geográfica.
Inconvenientes de la gestión pasiva
De cara a las desventajas, principalmente remarcaremos dos: el hecho de replicar no es un seguro y la sobreexposición que puede conllevarnos.
Por una parte, hemos de ser conscientes que el mercado no es perfecto, ni muchísimo menos, por lo que replicarlo, en ciertas disyuntivas, puede ser una mala idea. Replicar un índice no nos asegura que vayamos a tener beneficios y de hecho, puede darse el caso y se ha dado, de que existan pérdidas.
Por otra parte, como adelantábamos en las ventajas, puede que la diversificación del índice no sea suficiente y termine por darte demasiada exposición a un sector u otro.