La guerra en Ucrania regresa con fuerza al centro del escenario internacional, esta vez con preocupantes implicaciones globales. El Kremlin ha aprobado el uso de armas nucleares en respuesta a un ataque convencional, lo que intensifica las tensiones y genera incertidumbre sobre las posibles consecuencias geopolíticas y económicas. Pese a todo ello, podría haber signos que revelen un posible acercamiento hacia la paz.
Nueva fase de la Guerra en Ucrania
La guerra entre Rusia y Ucrania ha escalado, afectando tanto la geopolítica como los mercados internacionales. Tras el uso de misiles estadounidenses por parte de Ucrania para atacar territorio ruso, el Kremlin activó su nueva doctrina nuclear. El gobierno ruso ha emitido un decreto claro: si reciben un ataque con armamento nuclear, darán una respuesta nuclear.
El Kremlin subraya que su doctrina busca disuadir cualquier agresión contra Rusia o sus aliados. Mientras tanto, algunos altos funcionarios rusos, como Serguéi Lavrov y Serguéi Riabkov, advierten del peligro creciente de un conflicto nuclear y la entrada en un terreno militar y político desconocido. Es, en fin, una amenaza nuclear seria, por lo que cada vez hay más voces a favor de la paz, no solo del lado occidental, sino también de China.
El efecto en los mercados
Los recientes acontecimientos geopolíticos han impactado los mercados financieros. En Europa, los índices bursátiles cayeron significativamente, mientras los inversores se refugiaron en activos seguros como el franco suizo, el yen japonés y el oro. En contraste, las bolsas estadounidenses lograron recuperar parte de las pérdidas iniciales, con el dólar fortaleciéndose frente a las monedas europeas.
A pesar de cierta estabilidad en los índices norteamericanos, persisten preocupaciones sobre el elevado valor de las grandes tecnológicas, que representan una porción significativa del S&P 500. En este contexto, la presentación de resultados de Nvidia, líder en el mercado de chips de IA, genera expectativas. Un desempeño positivo podría impulsar nuevamente las tecnológicas, pero cualquier decepción podría desencadenar una venta masiva, amplificando la incertidumbre entre los inversores.