En 2025, el mercado hipotecario presenta señales alentadoras para quienes buscan financiar la compra de una vivienda. Diversos factores económicos y estratégicos sugieren una tendencia hacia la reducción de los tipos de interés hipotecarios, impulsada en gran medida por la competencia entre las entidades bancarias.
Una situación macroeconómica favorable
El euríbor, índice de referencia para la mayoría de las hipotecas en España, ha experimentado una trayectoria descendente, influenciada por las decisiones del Banco Central Europeo (BCE) de recortar los tipos de interés durante 2024. Esta política monetaria expansiva tiene como objetivo estimular la economía y, según las previsiones, continuará en 2025. Analistas de Bankinter estiman que el euríbor a 12 meses se situará en torno al 2,1% tanto en 2025 como en 2026. Por su parte, el comparador financiero HelpMyCash prevé que el índice oscile entre el 2% y el 2,25% durante el primer semestre de 2025.
La competencia bancaria por las hipotecas y sus beneficios
La competencia entre las entidades financieras es un factor clave que podría contribuir al abaratamiento de las hipotecas en 2025. Los bancos, en su afán por captar y fidelizar clientes, podrían ofrecer condiciones más atractivas, incluyendo la reducción de los tipos de interés y la flexibilización de los requisitos para la concesión de préstamos. Esta dinámica competitiva no solo beneficiaría a los nuevos solicitantes de hipotecas, sino también a aquellos interesados en la subrogación o refinanciación de sus préstamos actuales.
Se anticipa que las hipotecas a tipo fijo presenten intereses más bajos, con tasas que podrían estabilizarse entre el 2% y el 2,25% durante el primer semestre de 2025 para perfiles solventes. Para las hipotecas a tipo variable, un descenso del euríbor al 2% podría traducirse en un ahorro mensual de entre 30 y 130 euros para una hipoteca media, dependiendo de si la revisión es semestral o anual.
La competencia bancaria también podría incentivar la financiación de más del 80% del valor de la vivienda para los compradores más jóvenes, una práctica que hasta hace poco era una excepción. Esta tendencia responde a la necesidad de atraer a un segmento de la población que a menudo enfrenta dificultades para reunir el pago inicial requerido.