¿Sigues pensando que la inversión es solo apta para altos capitales? Puede que eso fuera cierto en el pasado, pero hoy en día, afortunadamente, hay empresas y servicios que ponen las inversiones al alcance de todos, incluidos los principiantes con pequeños cantidades de dinero. De hecho, si no inviertes te estás perdiendo una forma estupenda de hacer crecer tu patrimonio. Si eres principiante y quieres saber cómo invertir sigue leyendo.
El legendario inversor Warren Buffett define la inversión como «poner tu dinero a trabajar ahora y esperar ganar más después». Y es eso es justamente en lo que consiste: en apartar dinero para que trabaje para ti a largo plazo. El objetivo de la inversión es poner tu dinero en varios tipos de inversiones con la esperanza de que, con el tiempo, crezcan.
¿Por qué es importante Invertir?
Es posible que hayas oído a alguien recordar lo bajos que eran los precios de la gasolina (o de algún otro producto o servicio) en su día. Eso es porque la inflación erosiona el valor del dinero con el tiempo.
Invertir es importante para asegurarse de que en el futuro podrás pagar lo mismo que hoy, ya que todos los bienes y servicios suben con la inflación.
La inversión ayuda a que el crezca a través de la capitalización, lo que significa que se reinvierten los rendimientos de la inversión y, por tanto, se obtienen más beneficios que antes. Cuanto antes invierta uno, más beneficios obtendrá por la capitalización al abrir una cuenta.
¿Cuándo debería empezar?
Primero ahorro, después inversión: una cosa detrás de otra.
Es importante tener un colchón para imprevistos antes de invertir. Si no lo haces, el riesgo de perder dinero es alto. Puede expresarse de diferentes maneras: desde «no inviertas el dinero que necesitas» hasta «invierte sólo lo que puedas permitirte perder». En cualquier caso, su traducción práctica es muy sencilla: ¡construye tu colchón de seguridad antes de iniciar un plan de inversión!
¿Por dónde debería empezar?
Aquí seis opciones sencillas sobre cómo invertir:
Plan de jubilación de Seguridad Social
Si tienes un plan de jubilación en la SS u otro plan de jubilación en el trabajo, es el primer lugar donde debes poner su dinero. Es aún mejor si tu empresa iguala una parte de lo que aportas: ¡esa aportación es dinero gratis y retorno de la inversión garantizado!
Un robo-advisor
Para los principiantes de la inversión, los robo-advisors son una gran forma de empezar. Suelen requerir muy poco dinero y hacen la mayor parte del trabajo por ti. Dicho esto, uno no debes desentenderte por completo de sus finanzas: es tu dinero; ¡nunca querrás dejar de verlo crecer! Un robo-advisor se encargará del trabajo pesado para que no haya que preocuparse de nada en lo que respecta a las inversiones.
Fondo de inversión con fecha objetivo
Los fondos con fecha objetivo son como los robo-advisors de antaño, pero siguen siendo muy utilizados e increíblemente populares, especialmente en los planes de jubilación de las empresas. Los fondos con fecha objetivo invierten automáticamente en función del año estimado en el que se piensa jubilar.
Fondos indexados
Los fondos indexados son como fondos de inversión en piloto automático. No dependen de un gestor profesional para crear y mantener su cartera de inversiones, sino que siguen el rendimiento de un índice para imitar los movimientos del mercado.
Por ejemplo, si quieres un fondo que siga a 500 de las mayores empresas de Estados Unidos, compra uno basado en su índice S&P o en una representación de índice similar (el Dow Jones Industrial Average).
Fondos cotizados (ETF)
Los ETF funcionan de forma muy parecida a los fondos indexados: son pasivos y siguen un índice de mercado.
Los ETFs también tienen comisiones más bajas que los fondos de inversión porque no hay una inversión mínima para ellos.
La principal diferencia entre los ETF y los fondos es que, en lugar de llevar una inversión mínima, adquieres el precio de una acción del ETF, que puede fluctuar a lo largo del día. Este precio de la acción corresponde a su inversión inicial mínima estimada, que puede oscilar entre menos de 100 euros y unos 300 euros o más, dependiendo del fondo concreto en el que se invierta.