Si estás leyendo esto con cierto interés es porque al fin, después de tiempo decidiéndote, formándote e investigando has decidido dar un paso que posiblemente cambiará tu vida: has hecho tu primera inversión.
Desde hoy, puedes considerarte que eres inversor. Por supuesto, queda mucho recorrido por andar y muchas cosas por aprender, pero has hecho ya lo más importante, que es dar ese primer paso.
Ahora, como inversor, has de asegurarte de llevar a cabo ciertas conductas para que todo este esfuerzo se vea recompensando y puedas disfrutar de los enormes beneficios potenciales de la inversión. Toma nota de estos tres indispensables que te toca aplicar a partir de hoy.
Reorganiza tus finanzas para destinar cada mes un porcentaje a la inversión
Si has llegado hasta aquí lo más probable es que ya hayas trabajado en tus hábitos para poder ajustarte a lo que supone invertir: reducir tu consumo innecesario, crear ese fondo de emergencia, separar al principio de cada mes…
Ahora toca mantener todas esas buenas acciones. Ahora que ya has hecho tu primera inversión, podríamos decir que empieza la parte más emocionante, pero para eso es esencial que mes a mes (en función de tu estructura de ingresos) separes una parte que vaya destinada directa y exclusivamente a la inversión. Lo idóneo sería que esta parte se “separar” a inicio de mes, para evitar posibles disminuciones posteriores, y que fuera siempre la misma, o al menos el mismo porcentaje. Así nos aseguramos de que nuestras aportaciones van a crecer siempre en la misma medida.
Estate al tanto de la situación económica
Ahora ya tienes un motivo para estar al día de la actualidad, tanto microeconómica como macroeconómica. Es cierto que si has invertido a largo plazo, como nosotros tanto insistimos que deberías, el día a día no es especialmente relevante.
Sin embargo, sí que resulta crucial que estés al tanto de lo que ocurre y vayas familiarizándote con el entorno político-económico para que, cuando llegue el momento de operar, tengas el control de la situación y puedes tomar decisiones fundadas.
Revisa cada cierto tiempo tu planificación financiera
¿Un nuevo trabajo? ¿Un nuevo objetivo? ¿Una nueva estructura u organización familiar? Todo esto afecta a tu planificación financiera, y por su puesto a tus inversiones.
Puesto que nuestra vida cambia, especialmente con el paso de los años, es esencial que marquemos revisiones de nuestro plan. Dependerá de cada inversor la frecuencia, por supuesto. Habrá quienes necesiten hacerlo cada tres años, y habrá quienes cada cinco. Pero en cualquier caso, ahora que ya puedes considerarte inversor, has de asegurarte de guardarte un espacio de tiempo para revisar que tus objetivos e incluso tu estilo de inversión de adapta al estilo de vida que estás llevando en este preciso momento.