Al plantearnos invertir, y especialmente en bolsa, parece que la cabeza nos lleva única y exclusivamente a las acciones empresariales, pero lo cierto es que hay mucho más allá, entre ellos, los productos cotizados.
Hoy vamos a ver qué son estos productos cotizados y si pueden ser una opción interesante o no para todos aquellos inversores que estén iniciándose.
¿A qué nos referimos con productos cotizados?
Al mencionar productos cotizados hacemos referencia a todos aquellos instrumentos financieros que al igual que las acciones, cotizan en mercados regulados de forma real y continuo, aunque su anatomía sea distinta a estas. En el caso de España, los productos cotizados los encontramos en el Ibex 35, índice de referencia del país.
Este tipo de producto es especialmente útil puesto que permite acceder a distintos activos financieros que de otra forma sería casi imposible, como renta variable o fija, materias primas o divisas.
Por lo general, son vehículos de inversión complejos, entre otras cosas, porque son activos derivados, lo que significa que su precio depende de factores externos a ellos, como por ejemplo la evolución del precio del activo subyacente. Por este mismo motivo, salvo excepciones, no son la opción más recomendada para inversores principiantes. Aún así, esto no significa que no hayan de conocerlos y saber cómo funcionan para poder escogerlos como opción en el futuro.
¿Qué ventajas e inconvenientes tienen?
Como todo, estos productos cotizados tienen sus claros y sus sombras.
Respecto a sus ventajas, es muy importante recordar que a pesar de su dificultad y al ser considerados de riesgo elevado, son productos que están regulados por la CNMV de cada país, lo que da cierta seguridad al inversor.
Además, a pesar de este riesgo mencionada, resulta beneficioso también el hecho de que las pérdidas máximas que podría soportar el inversor están limitadas a la inversión inicial. De este modo, no podrías perder más de lo invertido o incluso endeudarte.
De cara a los inconvenientes, es crucial insistir en su complejidad. Esta va unida a un alto riesgo y por tanto, posibilidad de perder todo lo invertido.
Además los productos cotizados en su mayoría son muy volátiles y sufren de muchas fluctuaciones. Es por eso por lo que lo que, a diferencia de otros activos, sí que van a requerir supervisión casi constante.
¿Qué tipo de productos cotizados existen?
La realidad es que no existe un número o tipología determinado, sino que hay una gran variedad – de ahí también su complejidad.
- WARRANTS: Ofrecen al inversor el derecho de comprar aunque no la obligación, con un precio fijo en un periodo determinado. Facilitan mucho la operativa, aunque requieren de un seguimiento continuo.
- MULTI: Estos siguen la evolución de un índice y tienen apalancamiento diario, por lo que están pensando para el corto plazo.
- INLINE: Cuentan con dos barreras determinadas en función de los límites.
- TURBOS: Dependen de la evolución de un activo subyacente. Solo son aptos para inversores muy experimentos que a su vez tengan capacidad de asumir grandes riesgos, puesto que suelen requerir de un apalancamiento muy significante.
- CERTIFICADOS: Replican la evolución de precio de una materia primera.
- BONUS CAP: Precio vinculado al precio de una acción.