Llega el deseado mes de agosto y con las vacaciones, los días de descanso, el tiempo libre… Y es el momento perfecto para seguir formándonos. El verano, además de para reponer, es una oportunidad única para hacer todo aquello que durante el año no encontramos tiempo. Entre otras cosas, leer. Os dejamos tres libros de bolsa fantásticos para pasar un buen rato y a la vez, aprender y coger más perspectivas del mundo de la inversión.
¡Toma nota!
«El Pequeño Libro que bate al Mercado», de Joel Greenblatt.
Apto para cualquier tipo de inversor, puesto que emplea un lenguaje fácil y ameno. En él, su autor, cuenta en qué consiste lo que él mismo llama “la fórmula mágica” , que es su estrategia maestra para conseguir rentabilidad al invertir en acciones. Está fórmula se basa en ratios fundamentales y largo plazo, con algunos aditivos extra, pero siempre buscando la mayor sencillez.
Es una opción interesante, especialmente para pequeños inversores que quieran complementar sus estrategias de inversión. Un texto de poco menos de 200 páginas que ha ayudado a muchos pequeños inversores a complementar sus estrategias de inversión.
“Market Wizards” de Jack D. Schwager.
En este libro se recogen distintas entrevistas y charlas de algunos de los inversores más conocidos de los últimos años.
El libro se escribió en los años 80 y junta el testimonio de nombres como Jim Simons, Warren Buffett o Peter Lynch.
Aprenderás cómo piensan estos traders, cómo plantean la inversión, cuál es su visión de la bolsa y hasta cuáles son sus estrategias.
Una opción fantástica para los fanáticos del mundo de la inversión. De hecho, podríamos decir que se ha convertido en un clásico ya.
“El Inversor Inteligente” de Benjamin Graham.
Posiblemente de los mejores libros de bolsa que se hayan escrito nunca sobre inversión. De hecho, hay muchos que lo consideran todo un manual sobre el value investing.
En él Graham nos enseña su método maestro para invertir, poniendo especial énfasis en el estudio, análisis y comprensión de la situación que esto requiere.
Un libro orientado a estrategias largoplacistas, que funcionan, porque se basan en tendencias.