Sabemos que el mundo de la inversión y todos sus agentes puede asustar. Pero quizá hoy invertir sea más fácil que nunca. Es cierto que los inversores de hoy en día viven en una sociedad en la que las condiciones de los mercados cambian constantemente, hay un suministro interminable de noticias sobre esos mercados y muchas inversiones entre las que elegir. Pero también hay más herramientas y facilidades que nunca. Internet ha democratizado la inversión.
Eso sí. Es importante que si vas a invertir, lo hagas con idea de hacer crecer tu patrimonio de forma paulatina y sosegada. Esto no va de hacerse millonario de un día para otro, y si esa es tu intención, será mejor que busques otras vías. Te lo aseguramos.
Vamos a darte cinco consejos básicos para empezar a invertir en bolsa hoy mismo. Pero antes, te recordamos por qué consideramos que es la mejor opción para hacer crecer tus ahorros:
- Efecto inflación.
- Pensiones en peligro de extinción.
- Liquidez.
Dicho esto, vamos a por esos cinco consejos.
Empieza cuanto antes.
Invertir desde una edad temprana es una de las mejores formas de crear riqueza. Invertir durante un periodo de tiempo prolongado, en lugar de esperar hasta que se hayan acumulado unos ahorros o un flujo de caja importantes, es más eficaz porque entra en juego la conocida capitalización.
El interés compuesto se produce cuando su inversión inicial crece en valor debido a las ganancias que se reinvierten y también lo hacen los activos generados por esas ganancias: dividendos y ganancias de capital.
Cuanto más tiempo se invierta para obtener rendimientos basados en el interés compuesto, más tiempo habrá para que se acumulen; esto hace que este tipo de inversiones sean considerablemente atractivas si pueden soportar la volatilidad del mercado y mantener su rentabilidad potencial durante las caídas de la renta variable (un descenso de las cotizaciones).
Sé constante.
Es importante invertir con regularidad, en lugar de hacerlo sólo cuando las cosas se ponen difíciles. De este modo, invertir sigue siendo una prioridad durante todo el año, en lugar de hacerlo en determinados momentos del año.
Tener un enfoque disciplinado te ayudará a acumular más riqueza con el tiempo y a no verte limitado en tus inversiones por falta de fondos u oportunidades de rentabilidad.
Invertir pequeñas cantidades con regularidad también puede suavizar los rendimientos y reducir la volatilidad.
No te quedes corto.
Recuerda esto: conseguir o no tus objetivos financieros a largo plazo requiere el ahorro que haces hoy.
Por ejemplo, el ahorro para un objetivo importante como la jubilación, la educación postsecundaria o la compra de una propiedad requerirá mucha reflexión y toma de decisiones.
Es importante saber cuánto necesitas empezar a invertir para tener una cartera de inversiones lo suficientemente grande para tus objetivos futuros.
En general, cuanto más ahorremos ahora, menos necesitaremos más adelante, lo que significa que nuestros ingresos actuales pueden ser un punto de partida útil a la hora de calcular ciertos objetivos a largo plazo.
Crea un plan y, ¡síguelo!
Entrar en el mercado de valores es un vaivén de emociones: los mercados pueden ser un poco agitados, e incluso los inversores experimentados pueden centrarse demasiado en los movimientos a corto plazo. Esto lleva a tomar decisiones precipitadas, especialmente cuando se trata de cronometrar el mercado.
Fíjate que cuando los mercados suben, la gente compra porque quiere compartir su suerte o, si los precios caen, empieza a vender con pérdidas demasiado pronto.
La clave está en ser consciente de lo que está ocurriendo realmente y no tomar decisiones de inversión precipitadas basadas únicamente en cómo se ven las cosas ahora o cómo parece que van a ir. Tener planes bien estructurados te permitirá mantener tu compromiso con confianza (y saber que los cambios del día a día no afectarán a sus objetivos a largo plazo). Recuerda que siempre habrá acontecimientos que afecten a los mercados de renta variable a corto plazo, pero a largo plazo -históricamente- la renta variable sube.
Reparte los huevos.
Inviertas en lo que inviertas, diversifica tu cartera para evitar riesgos. Puedes diversificar entre diferentes clases de activos, mercados geográficos e industrias, pero que no esté todo en una misma cesta.
¿Por qué es esto tan importante? Los distintos mercados financieros no se mueven de la misma manera al mismo tiempo, lo que significa que podrás aprovechar las oportunidades de inversión a medida que surjan en cada ciclo de mercado.