China y Estados Unidos han acordado reunirse este noviembre en San Francisco, después del retorno de las tensiones China-EEUU. En esta cumbre sino-estadounidense se espera un acercamiento de posturas que tranquilice las inquietudes producidas por las tormentosas relaciones entre las dos grandes potencias.
Tras la tormenta ¿Llega la calma?
Las tensiones China-EEUU retornaron en el contexto de crisis geopolítica debido a la Guerra en Ucrania tras el derribo de un globo aerostático chino por parte de la aviación estadounidense, aludiendo a que podría servir para el espionaje.
Pese a que la Administración Biden había acercado sus posturas a China tras la política de tirantez aplicada por Donald Trump, este suceso llevó al fin de las relaciones pacíficas entre ambas potencias. Se cancelaron todas las reuniones de cordialidad debido a un evento que unos entendieron como una amenaza manifiesta y otros como una reacción exagerada.
La cumbre sino-estadounidense, fijada
Después de estos sucesos, la tensión se ha mantenido, especialmente en lo que se refiere a Taiwan. Sin embargo, pasado unos meses, se empezó a especular con una cumbre sino-estadounidense que podría darse este mes y, finalmente, ha acabado por confirmarse.
Si bien se espera un acercamiento de posturas que recupere la etapa de cordialidad, desde la Casa Blancia afirman que la conversación que se espera que tengan los líderes será de gran dificultad:
- Para empezar, está la guerra comercial que inició Donald Trump y que, tras los sucesos en torno al «globo espía», volvió a recrudecerse.
- Tampoco han gustado a China el apoyo directo que Washington ha dado tanto a Ucrania como a Israel, especialmente porque la potencia asiática es el aliado más poderoso de Vladimir Putin, quien cuenta con el respaldo de Xi Jinping.
Por tanto, habrá que esperar a la consecución de la reunión para ver a qué puerto acaban llegando las conversaciones.