El pasado domingo se celebraron elecciones autonómicas en Galicia que se plantearon como un reto para Feijóo. Las fuerzas izquierdistas y nacionalistas tenían la esperanza de soltar un zarpazo al inexpugnable feudo del PP, que salió airoso y revalidó su mayoría absoluta.
Un reto para Feijóo y una muestra de los efectos de la Amnistía
Después de las elecciones generales del 23J que terminaron revalidando a Pedro Sánchez como presidente del gobierno de España y con una ley de Amnistía aún en tramitación((Puedes consultar el estado del trámite aquí)), las elecciones gallegas se presentaron como un examen de la popularidad de Feijóo después de que abandonase su feudo para presentarse sin éxito a las elecciones generales. Al otro lado, el BNG partía como favorito frente a un PSOE a la expectativa de conocer los efectos de sus negociaciones con Junts.
Los resultados, a falta del voto del exterior, revalidarían la mayoría absoluta del PP, el hundimiento del PSOE y la entrada de Democracia Ourensana al parlamento autonómico. De este modo, se confirma la buena salud de Feijóo y la debilidad del PSOE que, al menos en la región, no se contempla como alternativa real al PP. Y todo esto con una nueva encuesta errática del CIS que sobrestimó los resultados de la izquierda.((El CIS de Tezanos vuelve a equivocarse))
Por otro lado, pese a no conseguir una mayoría de izquierdas, el BNG se consolida como principal fuerza de la oposición, con la obtención de su mejor resultado en toda la historia de la democracia, a expensas de un PSOE que ha obtenido el peor.
Las reacciones de los principales candidatos
Rueda ha asegurado, en su intervención para valorar los resultados, que «Galicia le ha mandado un mensaje a España, sin ninguna duda. El mensaje es que aquí no queremos chantajes» y que la región apuesta por la «igualdad», la «dignidad» y el «entendimiento».
«Galicia hoy votó por el sentidiño», ha afirmado, y ha agradecido la labor del líder de su partido que, en su opinión, «marcó el éxito de esta noche» y «es una parte muy importante de esta victoria». «Me voy a poner a trabajar para la Galicia del futuro», ha concluido.
Por su parte, Pontón, que ha logrado un nuevo hito para su partido, ha dicho que el BNG es la «esperanza» de todos aquellos que quieren cambio en Galicia. Aunque ha reconocido que «el resultado es insuficiente porque el objetivo era abrir un nuevo tiempo en Galicia», sí que ha mandado un mensaje a sus votantes: «Hay un antes y un después y no hay marcha atrás, hay una mayoría que no se conforma ni resigna a ver cómo Galicia va a menos».
También ha dicho que «la alternativa para construir un gobierno al servicio de la ciudadanía» es el BNG y que «vamos a conseguirlo en el futuro».
Gómez Besteiro ha admitido la derrota y ha prometido trabajo de «oposición» desde el parlamento gallego. «Ningún cambio es fácil ni se consigue de la noche para la mañana», ha señalado. De hecho, confía en la posibilidad de cambio si el PSdeG es «capaz de consolidar un proyecto que sea reconocido entre la ciudadanía» y sea la «alternativa real y segura» en Galicia.