El precio del gas cae a niveles de septiembre de 2021, antes de dispararse la inflación. El gas ha perdido un 30% en el año y regresa a los niveles que mantenía cuando el IPC crecía un 3% anual.
Una subida récord
Hace más de un año, el precio del gas comenzó a ascender exponencialmente, lo que llenó todos los informativos europeos y se convirtió en uno de los principales temas de interés general tanto a nivel macro como microeconómico. Por contra de lo que algunos políticos han intentado hacer creer, esta subida del precio del gas es previa a la Guerra en Ucrania (enero 2022), puesto que la escalada empezó a inicios de 2021, cuando las renovables no daban a basto para abastecer a Europa.
Esta subida fue vertiginosa, y a la altura de agosto de 2021 el precio del gas había subido un 163% con respecto de inicios de ejercicio (50 EUR MW/h). Pero lo peor estaba por llegar: en septiembre de 2021 el precio se duplicó (100 EUR MW/h). A lo largo de 2022, el precio se triplico llegando al techo de los 339 EUR MW/h. Por suerte, en vísperas del invierno comenzó un rápido abaratamiento que a estas alturas ha sido del 84%. Este desplome del precio del gas lo ha llevado a niveles de septiembre de 2021.
El efecto del precio del gas en la inflación
El gas protagonizó el ascenso de la inflación que ha golpeado las economías familiares de todo el marco europeo. En septiembre de 2021, con los precios actuales, dio comienzo una espiral inflacionista que rompió el techo del IPC del 3% en la Unión Europea. Ahora la inflación se mantiene en el 8,5% en la zona euro, y poco a poco va disminuyendo, después de llegar al máximo histórico del 10,6% el pasado mes de octubre.
Precisamente la caída del gas a comportado una caída proporcional en la inflación contextual, y el devenir de este recurso energético seguirá siendo clave para la normalización del IPC y para la política del Banco Central Europeo (BCE) en relación con los tipos de interés.
¿Qué esperar en 2023?
Es difícil conocer el futuro, y más de los precios del mercado. En el caso del gas depende de tantos factores y tan fuera de nuestro alcance que no es posible hacer previsiones certeras. Sin ir mas lejos, uno de ellos es la meteorología. De todos modos, hay otros que son más predecibles que pueden permitir imaginarse más o menos cómo puede ir.
Los analistas de Julius Baer han señalado la importancia que tuvo en el mercado energético europeo el cierre de las centrales nucleares por mantenimiento. A priori, esta situación no tendría por qué suceder, lo que permite tener cierto grado de optimismo.
«Los cierres de nucleares en Francia intensificaron la crisis de energía el año pasado. Parte de las reparaciones y mantenimientos terminaron justo a tiempo para abordar el aumento de la demanda de energía en invierno, y pronto la generación de energía con nucleares debería volver a alcanzar niveles pre-crisis (…)
La energía no fue escasa de forma estructural, lo fue de forma cíclica. Esta crisis podría desaparecer a la misma velocidad a la que llegó.»
Norbert Rücker, responsable económico de Julius Baer