Buenas nuevas: la inflación se ha reducido siete décimas este mes de marzo, debido a la reducción del precio de las gasolinas y la electricidad. Con una tasa del 2,3%, la inflación subyacente toca mínimos históricos (2%) que no llegaba desde noviembre.
La tasa de la inflación se estabiliza
El Índice de Precios de Consumo (IPC) se ha situado en el 2,3% gracias al abaratamiento de la electricidad y las gasolinas. Esto supone una moderación de la inflación en siete décimas, de acuerdo con los datos adelantados por el INE. Esta es la primera reducción en cinco meses de la inflación, que, después de un tiempo de ascenso, ha caído a números de noviembre del año pasado.
De acuerdo con el informe, este repentino descenso se encuentra en la caída de los precios de la electricidad, como también los de los carburantes y lubricantes. Además, los precios de ocio y cultura han subido menos que el año pasado.
La inflación subyacente también se reduce
La inflación subyacente —que excluye los alimentos no elaborados y los productos energéticos— retrocedió en marzo hasta el 2%, dos décimas menos que en febrero, marcando así su nivel más bajo desde finales de 2021.
Por su parte, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) se situó en el 2,2%, lo que supone una caída de siete décimas respecto al mes anterior. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicará los datos definitivos correspondientes al mes de marzo el próximo 11 de abril.
Los aranceles de Trump en el horizonte
Con la inflación en España dando por fin un respiro —tras situarse en el 2,3% tras cinco meses consecutivos de subidas—, el foco de preocupación ahora se desplaza al plano internacional. Mañana, 2 de abril, está previsto que entren en vigor los nuevos aranceles generalizados impulsados por Donald Trump, una medida que podría tener efectos significativos no solo en la economía estadounidense, sino también en los precios globales. La decisión de gravar todas las importaciones con un arancel base del 10%, con recargos mayores para países como China o Alemania, amenaza con encarecer una amplia gama de productos industriales y de consumo a nivel mundial.
Si estos aranceles se consolidan y provocan un aumento de costes en las cadenas globales de suministro, Europa podría enfrentarse a un nuevo repunte inflacionario en los próximos meses. Aunque el descenso reciente del IPC en España se atribuye en parte a una moderación de los precios energéticos y a un efecto base favorable, una presión alcista sobre bienes importados —como maquinaria, electrónica o componentes para la automoción— podría revertir esta tendencia. Todo dependerá de la duración y el alcance real de las medidas estadounidenses, así como de las posibles represalias comerciales que puedan surgir en respuesta.